Un sofá clásico en un color y estilo neutro tapizado con una tela duradera es una opción elegante para cualquier decorador joven cuyos gustos todavía se están desarrollando. Usando almohadas, colchas y tejidos, los sofás de estilo neutro se pueden decorar y vestir con una variedad de posibilidades decorativas para adaptarse a casi cualquier estética.
Evita que su sofá liso y laso se quede anticuado y aburrido. No hace falta que te compres un sofá nuevo. No hace falta que tapices de nuevo tu sofá. Aquí te proponemos una serie de elegantes maneras para inyectar estilo y glamour a ese sofá tan soso que puedas tener en tu salón. ¡Dale vida!
1. Añade un cojín que destaque
Quien dice un cojín, dice una almohada. Por ejemplo, la típica y simplona almohada lumbar colocada en un sofá con tapicería lisa de lino consigue un contraste de color audaz, ya que la diferencia de saturación del color y el tamaño de la almohada ayudan a hacerlo. De este mod, nos encontramos con una manera limpia y sencilla de agregar impacto a una pieza neutral: una almohada o cojín con patrón único es ideal para aquellos gustos con inclinaciones más mínimas.
2. Añade varios cojines llamativos
En un sofá liso, añadir varios cojines pequeños con un diseño estampado y llamativo realza el poderío del sofá a la vez que aporta color y personalidad al ambiente. Pero, cuidado, no pongas más de 3, pues en caso de pasarte el efecto será el contrario. Aunque si bien es cierto que el número de cojines depende del número de plazas del sofá, es preferible ser cautos y no excederse.
3. Coloca una manta o colcha
Colocar la típica manta o colcha para cubrir el asiento de un sofá liso inyecta una gran dosis de patrón y color en el ambiente, aunque de manera temporal. Esta es una gran opción para aquellos que se atreven a jugar con un sofá estampado sin tener que pasar por el costoso proceso de retapizado. Cubrir el sofá con una manta o colcha también protege los tejidos ligeros de las manos pequeñas y pegajosas de los niños y de las sucias patas de las mascotas.
4. Añade elementos de colores similares
Colocar colchas y cojines del mismo color o tonalidad que el sofá, pero de textura diferente, consigue crear un contraste acertado y hacer un efecto interesante de profundidad, algo que está directamente relacionado con el confort y comodidad. Generalmente este tipo de decoración invita a echarse una buena siesta en el sofá. Os aseguramos que nosotros nunca hemos visto nada dentro del sofá, pero existe una fuerza oculta que atrae a echarse una cabezadita…
5. Utilizar almohadas en una amplia variedad de tejidos
Si tienes un sofá de lino natural conseguirás que no sea aburrido gracias a la gran variedad de formas, colores y texturas que puedes aportar añadiendo almohadas de diferentes colores y texturas. La lana hervida, el terciopelo y almohadillas acodadas armonizan a la perfección con un sofá liso, dando por resultado una mezcla intrigante, ya que colocándolos en los lados del sofá, se consigue un efecto decorativo bastante agradable.
6. Combina colores y texturas en el resto del ambiente
Una buena opción si no eres partidario de tantos cojines y almohadas es ambientar la habitación donde está el sofá con elementos decorativos que combinen con el sofá, bien con el mismo color o tonalidad que este, bien con la misma textura. Por ejemplo, pueden ser cuadros de la misma tonalidad cromática que el sofá, una alfombra que combine con algún cojín, la tela o textura de las cortinas, etc.
Ya lo sabes. Conseguir que tu sofá de siempre deje ser un aburrido es posible con unos pequeños retoques en la decoración. No hace falta que cambies de sofá, o que retapices tu viejo sofá. Aplica uno o varios de estos pequeños consejos y verás como parece que has adquirido un nuevo sofá.
¡Dale vida a tu aburrido sofá!