El sofá es con toda probabilidad uno de los elementos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de decorar un salón. Si ya dedicamos diariamente una considerable cantidad de tiempo a este lugar, las horas que pasamos en el sofá tampoco son nada despreciables. Por eso, a la hora de elegir uno de estos muebles conviene tratar de alcanzar un punto medio que amigue lo visual con lo confortable. En los últimos años, el cheslong se ha convertido en uno de los sofás más populares. Su especial morfología, con una prolongación a uno de sus lados, hace de él un mueble cómodo y versátil. Pero es precisamente por eso por lo que hay que tener un especial cuidado a la hora de escoger una ubicación para él dentro de nuestro cuarto de estar.
El tamaño sí que importa
Lo primero que conviene saber es que no todos los espacios son adecuados para contener un cheslong. Por norma general, este tipo de mueble ocupa un mayor volumen que los sofás convencionales, por lo que no resulta muy apropiado para salones especialmente pequeños. Para espacios de tamaño medio o grande, por lo contrario, pueden ser una perfecta elección que, eso sí, hay que saber colocar.
Una vez determinado que nuestro salón cuenta con el tamaño suficiente como para alojar un cheslong, podemos contemplar varias opciones. Lo más natural, dada su forma, es colocarlo en una esquina aprovechando la L que lo define. Pero, por supuesto, hay otras alternativas. Si el cuarto de estar es muy grande o muy largo, el cheslong puede ser un instrumento perfecto para crear dos ambientes diferenciados. Bastará para colocarlo en el centro, con uno de sus lados separado de la pared, para lograr dicho efecto. De esta manera se puede distinguir entre una zona comedor y otra dedicada al descanso, por poner un ejemplo.
Ubicar el cheslong en función de la utilidad
Otro detalle que conviene tener en cuenta es el uso mayoritario que queramos darle. Por ejemplo, si lo que buscamos es un cheslong donde recostarnos para ver cómodamente la televisión, sería apropiado buscar la posición que mejor oriente la extensión del mueble hacia la pantalla. Otro caso puede ser que contemos con un ventanal de tamaño grande por donde entre la luz necesaria para poder leer un buen libro con ella; en este caso, el cheslong debería localizarse bajo dicha fuente de iluminación natural.
Dependiendo del lado donde tengan la prolongación, los cheslong pueden ser izquierdos o derechos. Este detalle puede parecer nimio, pero adquirir un mueble equivocado puede arruinar nuestros planes de decoración en un instante.
Sea como sea, y gracias a su naturaleza versátil y cómoda, un cheslong es una buena opción siempre que el espacio lo permita.